jueves, 20 de agosto de 2015

Quinta parada: Berlín

¡Holaaamigos!
Día 6 de julio del 2015
Algo me decía que me iba a enamorar de esta ciudad y mi instinto no falló.

Al tener el billete de Interrail, podíamos usar gratis el metro S de Berlín (es el que va por fuera, no es subterráneo).
Esta vez nos alojábamos en un hostel, en el Citystay Mitte Berlin (RESERVAR). Muy céntrico, en la parada de metro Hackescher Markt, muy cerca de Alexanderplatz.
Bueno, lo de céntrico hablando de Berlin es relativo porque tiene muchos puntos de interés desperdigados por la ciudad.
Estábamos a 15 minutillos andando de la puerta de Brandenburgo y a 20 del Reichstag (Parlamento).
Os recomiendo este hostel porque, aun que haya que compartir habitación (hay habitaciones de dos personas pero son más caras) el personal es muy amable, hay muy buen ambiente (aun que eso es cuestión de suerte) y tiene un patio interior con mesitas para comer y, por supuesto, tomarse unas cervecitas.
En cuanto al ambiente en la ciudad, como fuimos en julio -que es el mes de vacaciones de los alemanes- había mucho turista y sobretodo mucho español. Aun así, me gustó el ambiente porque había toda clase de gente. No sé cómo explicarlo, solo puedo decir que me encantó.
Sin embargo, se me hizo corto así que volveré en cuanto pueda para enamorarme del todo. Para mi Berlín es como Londres, una ciudad de la que, o te enamoras o la odias. No sabes explicar porqué te enamoras pero solo sabes que engancha.

El día que llegamos hicimos algo de turismo por la zona, hicimos la compra y cenamos en el hostel. Ya cenando, de repente nos encontramos con los mexicanos que habíamos conocido en Praga. Nos hizo mucha ilusión porque nos cayeron genial, así que se convirtieron en nuestros compañeros de viaje en Berlín y Amsterdam.

Por cierto, hay maquinas para reciclar botellas de plástico y vidrio, por cada botella te dan unos céntimos. Nosotras para ganar algo de dinero nos llevamos todas las botellas que teníamos ¡algunas eran de Viena! Cuando fuimos a dejarlas nos enteramos de que no valían porque no tenían un código sin el cual no te daban dinero. Vamos que hicimos el ridículo jaja
Al día siguiente hicimos más turismo con un calor horrible, fuimos a una plaza, la cual leí que era muy interesante y que cuando llegamos no era nada (había sido interesante cuando estaba el muro de Berlín).
Por la tarde, fuimos a ver el Muro de Berlín. Despertó en mi muchas emociones. Mientras lo observaba, creaba en mi cabeza las mil historias que debía haber vivido ese muro. Un trozo de cemento que dividió no solo una ciudad, sino también personas.

Por la noche salimos de fiesta Sara, Efraín y yo. Fue una noche 10. Me lo pasé de vicio en aquella discoteca (Matrix), lo único que pensábamos que era de música electrónica a tope, pero resulta que en verano es de pachangueo (desilusión), pero aun así bailamos all night long.
Por cierto, en el hostel te dan unos flyers para pasar por la mitad de precio (3 euros) y sin cola, solo tienes que presentar el DNI.

Al día siguiente íbamos a ir a las 8 de la mañana al Campo de Concentración Sachsenhausen pero como estuvo toda la noche lloviendo hasta medio día, nos quedamos durmiendo, vamos me quedé yo porque no me despertaron para que descansara (¿no son mis amigas para comérselas?). Al final nos fuimos a las 11 hacia el Campo.
Para llegar hasta allí desde Hackescher Markt, fuimos hasta Oranienburg en S-Bahn Wannsee y luego cogimos un bus hasta el Campo, y si no recuerdo mal era el número 21, pero nada más salir de la estación de metro hay una parada de bus enfrente, que es donde para el bus.
La verdad es que entrar en un Campo de Concentración da respeto, y mucho. Pensar que por el camino por el que tú andas han pasados cientos de personas inocentes cuyo futuro fue muy negro.
Arbeit Macht Frei:el trabajo te hace libre-
Cuando entras al campo, te das cuenta que no es un sitio deprimente, es decir hay barracones pero bien construidos y un patio con cesped. Aparentemente podría ser un campo de trabajo como los nazis prometían, pero se convierte en deprimente cuando piensas todo lo que ocurrió en ese lugar.
Después de esta (profunda) visita, volvimos al hostel para comer.

Nuestro viaje estaba acabando y tocaba poner rumbo esa tarde a Hamburgo.
Fueron tres días vividos a tope, pero sabiendo que quedaban mil sitios interesantes por visitar, así que lo dicho: Berlín, bis bald!

Impresiones personales: me dio mucha rabia no ver a Nefertiti, es una ciudad sin punto medio: o la amas o la aborreces, os recomiendo el hostel.
Esto fue los más cerca que estuve de Nefertiti

Besos enormes. x·x·x


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